Ken Wilber lo ha dicho muchas veces; lo único que tiene verdadera importancia es: “la práctica”, o bien repite: : “práctica, práctica, práctica”, como también han hecho numerosos maestros espirituales a lo largo de la historia. lA PRACTICA INTEGRAL DE VIDA.
De nada nos sirve conocer, teóricamente, los contenidos de todos los libros si luego en nuestra vida diaria noaplicamos aquello que conocemos en todos los niveles de nuestra existencia. Por ello ¿por qué practicar? Precisamente para vivir una vida conscientemente más libre, plena y auténtica y de esa forma vivir de manera coherente una vida en consonancia con nuestros niveles más elevados. Es importante conocer desde dónde partimos para practicar, puesto que hacerlo es un viaje en sí mismo. El más apasionante que podamos hacer nunca, pues el destino es el conocimiento y experiencia de nuestra propia y auténtica naturaleza humana y divina. La motivación, como punto de partida es importante que esté desprovista de egoísmo o “materialismo espiritual”, es decir de finalidades tendentes a buscar exclusivamente el bienestar o la mitigación de una sensación de separación (la famosa idea de la búsqueda). Con el tiempo la motivación se vuelve más y más integral y evoluciona de manera natural hacia la trascendencia.
Para facilitarnos la vida “práctica” y apoyarnos a mantener la Visión Integral en todo lo que hacemos, Ken y ciertos directivos del Instituto Integral norteamericano crearon la Práctica Integral de Vida y la han distribuido por el mundo en forma de libros, packs de trabajo, videos y audios. En nuestro país está publicado un libro por la editorial Kairós con el mismo nombre en el que ya en su portada nos dice de lo que se trata la Práctica: “Programa orientado al desarrollo de la salud física, el equilibrio emocional, la lucidez mental y el despertar espiritual del ser humano del siglo XXI.
La Práctica Integral nos ayuda en todos los campos, tanto personal como profesionalmente, incluyendo –sin duda- la práctica espiritual y el trabajo con la sombra. Se trata de una práctica cruzada presentada en forma de módulos esenciales (físico, mental (en el que se incluye la conciencia emocional), espiritual, sombra (término acuñado por Jung para referirse a todas aquellas partes de nosotros mismos que no nos gustan y que negamos, reprimimos o somos inconscientes de tenerlas) y auxiliares (ética, trabajo, relaciones, creatividad, alma). Toma lo mejor de las sabidurías orientales tradicionales y lo más avanzado en técnicas modernas occidentales.
Además la Práctica Integral, por trabajar desde el modelo AQAL/OCON, es decir desde el modelo Wilberiano de los cuatro cuadrantes, líneas, tipos, niveles y estados, nos permite trabajar sinérgicamente el cuerpo, la mente y el Espíritu en los ámbitos del yo, de la cultura y la naturaleza. Además es escalable, lo que significa que podemos adaptarla al tiempo del que disponemos, llegando, incluso a disponer de módulos de un minuto, para que nunca podamos decir aquello de “es que no tengo tiempo”. Y la pregunta es ¿De verdad no tienes tiempo para amarte?
En el trabajo con la sombra, piedra angular de la Práctica (puesto que nada de lo que trabajásemos tendría sentido… ni efecto, sin el trabajo profundo con la sombra), encontramos que a falta de un/a buen/a terapeuta que nos apoye para conocer ese lado oscuro que esta alienado y oculto), Wilber nos ofrece la sencilla técnica del 3,2,1 que se trata del ejercicio de la “apropiación de la sombra”, en otras palabras, asumir la responsabilidad de aquello que es propio. Cuando pongo algo en tercera persona(3), como “él me hizo o me dijo esto o aquello” y por lo tanto juzgo a esa persona, no estoy reconociendo qué parte juego yo en esa historia y puede ser tan sencillo como: no haber dicho la palabra correcta, o el tono adecuado, o el momento oportuno. Cuando paso a la segunda persona (2) y hablo con el otro dentro de mi misma, le digo todo lo que siento y escucho lo que el otro tiene que decir. Dialogo y dejo zanjado el asunto en mi interior ( a veces es reconocer que en realidad esa relación no es viable por formas, por desinterés, por estilos, motivaciones, o niveles de conciencia diferentes y muchas otras veces termino aceptando que el otro es diferente y respeto sus opiniones y visiones del mundo, y también en esta segunda persona respeto las mías) y así hago las paces con la otra persona y conmigo misma en mi interior y paso a la primera persona (el 1), entonces me responsabilizo de mi motivación, de mis actos y de mis decisiones posteriores y así dejo al otro libre de ser como desee ser.
Cualquier práctica de cualquier módulo, tanto de los básicos, como de los auxiliares está llena de técnicas de todo tipo, tanto Integrales (es decir generadas por Wilber y su equipo del Instituto Integral) como tradicionales (yoga, tai-chi, terapia humanista, psicoanálisis, meditación vipassana, juego de roles, lectura, levantamiento de pesas, etc) y ninguna es rígida o dogmática. Se trata de elegir por lo menos una o dos de cada módulo básico y una de los módulos auxiliares y por supuesto se pueden elegir técnicas que no estén en los módulos, siempre y cuando se sepa a qué módulo pertenece y por lo tanto qué cuadrante, nivel, línea, tipo y estado estamos trabajando.